Trabajo hace unos 8 años con la hamaca postural K-stretch y puedo decir que estoy completamente satisfecha de los resultados que obtengo. Suelo trabajar siempre en clases grupales, y debo destacar la sencillez y facilidad del Método para el monitor. Fácil controlar la postura de cada paciente/alumno, fácil organizar una clase completa, y fácil adaptar el nivel a cada persona aunque el trabajo sea en grupo.
Las clases se realizan una vez a la semana en grupos de no más de 10 personas, y son 50 minutos de trabajo postural. Las clases las preparo diferentes cada semana pues aunque los principios del trabajo postural son básicos y concretos, el Método K-stretch permite variar las posturas ,los ritmos y las intensidades para dar dinamismo a las clases y trabajar diferentes grupos musculares con más insistencia.
Antes de comenzar la sesión, cada alumno debe hacer unos test básicos que tienen por objetivo hacer una toma de consciencia corporal. Sentir el apoyo de los pies, el reparto del peso del cuerpo, el eje de gravedad…Valoramos la movilidad del cuello y de los hombros, y hacemos finalmente el test de flexión anterior, para valorar el estado general de toda la cadena posterior ( distancia de los dedos al suelo sin doblar las rodillas).
A continuación el alumno se tumba en la hamaca y se coloca bien centrado. Dedico un minuto a la toma de consciencia corporal tumbado.
Los primeros 5-8 minutos realizamos un trabajo respiratorio para preparar el cuerpo para los estiramientos. Y después se hace un automasaje de diafragma.
Los siguientes 30-35 minutos son la parte central de la clase y es donde realizamos diferentes posturas de estiramiento global, las vamos manteniendo el tiempo suficiente para conseguir una liberación miofascial y una ganancia de longitud muscular. Otras veces el trabajo va más enfocado a la movilidad articular , a la circulación de retorno y al trabajo neuromeníngeo (deslizamiento de los nervios que salen del cuello y van hacia los brazos , y de los que salen de las lumbares y van hacia los pies). En este caso las posturas no son mantenidas tanto tiempo sino que el trabajo es más dinámico.
Organizo las sesiones de forma que a lo largo del mes (cuatro o cinco sesiones dependiendo del mes) todo el mundo realice un trabajo intenso de espalda ( elevando la parte del dorso de la hamaca), otro día mas potente de piernas ( subiendo las piernas), otro día trabajando en carga repartida (subimos poco a poco tanto dorso como espalda) y otro día más de movilidad articular.
Los últimos 5-8 minutos de la sesión los dedicamos a volver a la calma mediante la toma de consciencia corporal. Valoramos los cambios que ha experimentado el cuerpo durante la sesión y volvemos a conectar con la respiración abdominal, profunda y lenta que involucra al músculo diafragma.
En ocasiones utilizamos los minutos finales para hacer una relajación más profunda de la espalda usando una bolita doble que colocamos en la zona dorsal y hace un efecto masaje sobre la musculatura paravertebral. Otros días acabamos con trabajo más específico respiratorio. Las clases son dinámicas y variadas, involucrando a todo el cuerpo.
Para acabar, siempre uso la postura bailarina de RPG consiguiendo una puesta en tensión global y simétrica de toda la cadena muscular posterior.
Los resultados son visibles desde afuera para el monitor y perceptibles para el propio alumno/paciente desde la primera sesión. Hay siempre un cambio evidente en la sensación del cuerpo al comenzar la sesión y al finalizarla. La musculatura se relaja, ganamos flexibilidad. La columna vertebral se alinea, conseguimos una corrección de la postura. Aumentamos la percepción del propio cuerpo y nos aproximamos más a la que sería la postura correcta.
Si aún no has probado el trabajo postural con K-stretch, lo recomiendo totalmente a cualquier persona, de cualquier edad y condición física. En nuestro centro tenemos de todas las edades y con diversas patologías y limitaciones físicas.
Deja una respuesta