Han pasado 13 años desde aquel noviembre en el que aterricé en Irún. Con 26 años y poca experiencia profesional como fisio, comencé en esta ciudad que fue mi casa todo este tiempo.
Empezar de cero nunca es sencillo, menos aún cuando no tienes conocimientos, eres joven e inexperta y estás lejos de tu familia, tus amigos y tu tierra. Sin embargo tengo que reconocer que me considero una chica afortunada, y desde el principio todo fue crecer, aprender y evolucionar.
La vida tiene cosas que a veces no te esperas, puertas que se abren y sólo si estás en en lugar apropiado en el momento justo, y tienes la valentía de aceptar los cambios aunque den miedo y supongan salir de tu zona de confort, sólo de esa forma, la magia sucede.
Diez años han pasado. Diez comienzos y finales de curso. Diez veranos, diez Navidades, diez cumpleaños. El Centro Kineesis de Irún, y su fundador, Danilo Barzio, me acogió y confió en mi, dándome la enorme oportunidad de poder dedicarme y vivir de lo que me apasiona: la fisioterapia y las clases grupales de trabajo postural. Gracias a él conocí y me metí de lleno en el Método K-stretch, sin el cual, hoy en día mi trabajo diario como terapeuta estaría incompleto.
A finales de este mes de julio de 2021, el círculo se cierra, el ciclo se termina y dejo esta etapa tan maravillosa y gratificante en el Centro Kineesis de Irún. Agradecida es decir muy poco, de como me siento y como voy a recordar para siempre esta época de mi vida.
Me traslado a Asturias, a mi tierra, donde comenzaré otra vez de cero, con toda mi energía, mi ilusión y la experiencia enorme del trabajo de estos años en Euskadi. Mi deseo es poder ayudar a otras personas como tengo constancia de que lo he hecho aquí, y sobre todo seguir disfrutando enormemente de hacerlo.
Mis pacientes y alumnos, los cientos que han pasado por mi consulta y mis manos todo este tiempo, son mis mayores maestros. Mi motivación única, mis ganas de seguir evolucionando. Gracias infinitas a todas las personas que han confiado en mi, se han desnudado y no sólo la ropa, se han tumbado en la camilla y han permitido que aprenda con ellos. Gracias, gracias y hasta siempre.
Y gracias de corazón a todo el equipo Kineesis: Danilo, María y Maribel, por todo. Os deseo lo mejor.
¡Un abrazo a todos y hasta siempre!
Sara.
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