La Fisioterapia es la mejor profesión del mundo. Lo tengo claro. Lo es para mi.
Tengo la enorme suerte de poder haber estudiado lo único de lo que a mis 18 años era capaz de imaginarme haciendo el resto de mi vida. Es cierto que a esas edades es un poco raro imaginarte con treinta y pico, una hipoteca, dos niños y un montón de facturas que pagar. Así que muchas veces se llega a ese punto de tener que decidir qué estudiar, sin tener ni la más remota idea de qué nos gusta en realidad. Yo tuve suerte. Yo sabía exactamente lo que quería y nunca tuve dudas. Con esfuerzos y grandes cambios, vida independiente a los 20, kilómetros separándome de mi familia y amigos, y un nuevo idioma condimentándolo todo, en 2005 lo logré. Me diplomé en fisioterapia en la Universidad Gimbernat de Barcelona, acabando tercer curso mucho más enamorada de mi profesión de lo que había comenzado(y hablando catalán perfectamente). Con la cabeza llena de datos, grados y nomenclaturas anatómicas, y las manos vacías de experiencias reales de pacientes.
Comencé a trabajar nada más terminar, otra vez tuve suerte. Hice de todo: domicilios, masajes, rehabilitación en residencias de tercera edad, y muuuucho trabajo con mutuas. Hice mucho » lo que me mandaban». Por suerte, en 2009 pude comenzar mi verdadero camino, instalándome en mi consulta de Irún por mi cuenta y riesgo y comenzando a ser libremente dueña de mi profesión. Desde entonces ya son 8 años los que han hecho que mis manos estén un poco mas llenas de experiencias y trabajo. Y cada día lo tengo más claro. La fisioterapia es la mejor profesión del mundo porque:
- Es una profesión humana y humilde. Hay contacto directo con personas y sus problemáticas, usando las manos como herramienta principal.
- Por poco que hagamos siempre siempre podemos mejorar la calidad de vida del paciente. Ya sea una inofensiva sobrecarga de gemelos o un paciente en fase terminal.
- Hay pocas cosas parecidas a la satisfacción y orgullo de ser la responsable de mejorar la calidad de vida de alguien.
- La mayoría de técnicas no son invasivas. No usamos medicamentos y no tenemos por qué hacer daño.
- Escuchamos, escuchamos mucho. Escuchamos todo el rato. Miramos a los ojos al paciente, le preguntamos qué tal está esperando oir su respuesta. Lo que nos cuenta nos interesa de verdad.
- Nos hace ganar empatía. Muchas veces somos «psicólogos».
- Vemos al paciente como un ser global, íntegro y completo. No sólo miramos el codo si duele el codo, el cuello si duele el cuello o la rodilla si es la rodilla.
- La gente confia en nosotros fácilmente. Se dejan hacer y colaboran(normalmente).
- Acabamos conociendo a muchos miembros de la misma familia. Viene el padre que trae al hijo, este a su mujer y ella a su cuñada…
- Nos piden consejo, nos preguntan y nos tienen en cuenta.
- Vamos a trabajar en pijama( asi se llama el uniforme ) o en chandal como es mi caso.
- Puedo trabajar descalza.
- La mayoría de veces no hay nada más que necesite salvo mis manos.
- Nuestras manos pueden ver, hablar y sentir.
- Estamos en constante formación. Hacemos cursos, postgrados y masters cada poco. Siempre tenemos afán de saber más y actualizarnos.
- Trabajamos de pie, sentados, de rodillas y tumbados. No nos pasamos horas en una misma posición ni repetimos cientos de veces el mismo gesto.
- Tenemos consciencia corporal.
- Nuestra formación va mucho más allá de los dolores musculoesqueléticos: podemos abordar problemas respiratorios, neurológicos, uroginecológicos, geriátricos y pediátricos, deportivos…
- Cada paciente es un reto y cada reto una oportunidad para ayudar y para aprender.
Hay millones de razones por las que para mi ser fisioterapeuta es lo mejor del mundo. Pero la razón más importante es que soy feliz con lo que hago y lo que hago me hace muy feliz.
María Luisa Irigoyen San Sebastian dice
… aparece la palabra «suerte» varias veces: «tengo la enorme suerte» …»yo tuve suerte» … «otra vez tuve suerte» … yo diría que más que suerte, lo que te ha llevado a esta vivencia de felicidad, es tu «actitud» ante la vida, y lo dices bien claro en esta frase: «yo sabía exactamente lo que quería y nunca tuve dudas» … paso a paso, siendo fiel a ti misma.
Saracossio dice
Suerte, casualidad, destino, azar…o todo junto. Eso si, con muuucha constancia y perseverancia. Gracias Maria Luisa!
Mila dice
¡¡Me encanta leerte, Sara!!
Y no sabes como agradezco que «vivas»de esa manera tu trabajo.
Egoistamente, me alegro por mi como paciente tuya que soy, y creo que es lo ideal para cualquiera que se ponga en tus manos.
Y por ti, mejor que realices tu trabajo a gusto, porque lo teníais muy claro desde jovencita, y no que tengas que dedicarte a algo que estudiaste porque tenías que hacer algo y no te entusiasma.
En fin… Te deseo que sigas así de entusiasmada, por lo menos hasta que te llegue tu jubilación.
Saracossio dice
Gracias Mila!!
Ainhoa dice
Sara, me encanta leer tus post y este está caragado de entusiasmo y eso es maravilloso de leer y sentir ¡GRACIAS!
Saracossio dice
Muchas gracias Ainhoa. Es lo que me sale de dentro!