Mitad de Enero, como cada año los primeros días vuelan aún recuperándonos de la resaca de las fiestas…Y ya deberíamos estar poniendo en práctica la larga lista de propósitos y deseos que nos hicimos dias atrás. No sé si todo el mundo se lo toma tan en serio ( yo desde luego no), lo que si sé, es que en los top ten de los propósitos de año nuevo está lo de «hacer más deporte». Y doy fé de ello!
Toda mi vida he hecho deporte. Porque me encanta, porque me siento bien y porque, sobre todo durante mi niñez y juventud, mi cuerpo necesitaba la sensación de agotarse, de correr hasta acelerar el corazón al máximo, de fatigarse, las agujetas tras el parón del verano, lo increiblemente bien que te sientes cuando estas físicamente a tope. A los 22 dejé de jugar a fútbol y con ello mi gran pasión y dónde gastaba toda mi energia. Nunca he dejado de hacer deporte, y aunque nada es comparable para mí a los deportes de equipo, ahora, por cuestiones de la vida, me conformo con sacar algo de tiempo para ir al gimnasio. Voy a sudar, a sentir que la respiración se acelera, que los músculos se cansan y aunque no lo disfruto como otros deportes, la sensación posterior de la ducha calentita me hace sentir que he cumplido y ha valido la pena. Para mi no es un propósito de año nuevo, si no un hábito de vida.
A lo que iba…hace varios años que voy al mismo polideportivo, cuando puedo 4 veces a la semana, cuando no…al menos 2..siempre a las mismas horas y siempre veo a las mismas personas. Los de siempre, los de cada día, los de todo el año…menos en enero!! En Enero, el gimnasio se colapsa. Huele a humanidad, hace calor, los cristales se empañan y cuando llego muchas veces no tengo máquina. De repente, decenas de caras nuevas, inexpertas, con ganas e ilusión….no lo dudo. Durante un par de meses, tres a lo sumo, eso está de bote en bote pero a partir de marzo…los propósitos se desvanecen y volvemos a ser los mismos de siempre. Creo que la gente se equivoca, se calienta demasiado. Veo caras nuevas que pasan de no hacer absolutamente nada ( oigo las conversaciones mientras pedalean o caminan en la cinta) a ir 5 dias a la semana dos horas cada día. Sinceramente así también yo me agobiaría. Siempre he creido que una de las mejores virtudes de la vida es la constancia. Que vale más poquito a poco constante, que mucho a temporadas. Por eso no me gustan los propósitos de año nuevo, porque son sólo eso, de año nuevo y de un puñadito de días que lo suceden.
Desde el punto de vista profesional, creo que la actividad física es básica y fundamental, pero con constancia y sensatez y haciendo que forme parte de los hábitos de vida, como la buena alimentación, la correcta higiene postural o la buena salud emocional. Lo compruebo año tras año en mis clases de Pilates y K-stretch. Gente que se apunta a probar animados por la euforia de cambiar drásticamente de vida. Sin tener en cuenta que como todo, hay que dar un margen para sentir los resultados y sobre todo ser constante. Cada persona debería buscar la actividad que más se adecúe a su edad, estado físico y posibilidades y por supuesto sus gustos. Y pensar en propósitos de vida, y no de sólo de año nuevo.
Miguel dice
Que gran verdad