La propiocepción es la capacidad que tiene el cuerpo de poder sentir las diferentes articulaciones. Esto nos da una consciencia corporal. Todos sabemos sin mirarnos en ningún espejo si nuestro codo está doblado o estirado, o si tenemos la cabeza inclinada o no.
La propiocepción es un sentido interoceptivo, es decir de dentro del propio cuerpo, que le permite conocer el estado de las diferentes partes del mismo. Así como los cinco sentidos que todos conocemos, el gusto, oído, olfato, tacto y vista , son sentidos exteroceptivos, ya que son los que recogen la información del exterior.
A nuestro cerebro llega la información propioceptiva a través de varios receptores que se encuentran estratégicamente situados en el músculo,en la cápsula articular y en los ligamentos, en la unión entre el hueso y el tendón y en el oído interno. Así cuando una parte del cuerpo se estira de forma brusca y tiene riesgo de ruptura muscular o de ligamento o de luxación articular, estos receptores informan rápidamente al cerebro para que dé la orden de corregir inmediatamente la posición.
Una vez que nos hemos lesionado con un esguince de tobillo, por ejemplo, los ligamentos que han quedado dañados pierden esa capacidad de poder informar de la posición exacta de la articulación. Por eso es frecuente tener esguinces recidivantes si no se hace un correcto tratamiento de fisioterapia. Es imprescindible recuperar esos receptores que están en la articulación, en los ligamentos y en los músculos para que vuelvan a estar en perfecto estado.
En fisioterapia la propiocepción es fundamental en la recuperación de lesiones de ligamentos y en la prevención de posibles recaídas.
Trabajamos la propiocepción mediante ejercicios de equilibrio y coordinación en diferentes superficies y con diferentes ejercicios. La intensidad y dificultad se adecúa a la fase del tratamiento en la que nos encontremos, pero es fundamental incluir desde el principio algún ejercicio propioceptivo.
Podemos hacer ejercicios propioceptivos sobre un bosu (medio balón de pilates), un plato de bohler ( un plato inestable)o simplemente sobre una pelota, un cojín, una esterilla doblada…Una buena forma de trabajar es en apoyo único de la pierna a recuperar, obligando a esa articulación a mantener el equilibrio.
Hay también ejercicios propioceptivos que se pueden realizar sin carga, para las primeras fases de una lesión cuando aún no es posible apoyar el pie en el suelo. Para ello es fundamental la ayuda de un fisioterapeuta que guie y ayude en los ejercicios, adecuándolos a cada fase de la lesión.
A continuación, en las imágenes trabajo en apoyo sobre pelota desinflada y sobre cojín inestable:
Si has tenido algún esguince de tobillo o rodilla recientemente, o sientes que tu articulación quedó resentida desde una lesión antigua, puedo ayudarte a recuperar la funcionalidad desde el adecuado equilibrio entre la fuerza muscular y la flexibilidad, así como con la ayuda propioceptiva indispensable.
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