Tras tan sólo 6 días de confinamiento nuestro cuerpo ya nota el cambio.
Estar encerrados en casa, entre cuatro paredes, con suerte con algo de balcón, patio o jardín, pero en el peor de los casos en un piso no muy grande, no quiere decir estar de vacaciones y abandonados al paso de las horas muertas frente a las pantallas. Un día de relax pase, dos también. No más. El cuerpo y la mente necesitan rutinas, movimiento, ejercicio, motivaciones , retos. Sólo hay que saber adaptarse a la nueva situación y sacar el máximo provecho de ella. Siempre siempre hay algo bueno que llega cuando todo parece caos. Ahora también.
Os recomiendo rutinas de movimientos, adaptadas a vuestras posibilidades. Si tienes pasillo aprovéchalo, puedes andar despacio, rápido, con zancadas largas, laterales o incluso hacer algún sprint. Podemos , en tan solo un par de metros cuadrados(lo suficiente apartando el sofá, la cama o la mesa del comedor) hacer ejercicios aeróbicos, para aumentar el rítmo de nuestro corazón. Pequeños saltos en el sitio, subir rodillas arriba, abrir y cerrar piernas y brazos, sentarnos y levantarnos rápido en el suelo, subir y bajar a una silla…y también podemos hacer ejercicios de fuerza, como sentadillas de diferentes formas, flexiones en el suelo, trabajo abdominal e incluso una buena tabla de estiramientos. Hoy en día en internet se puede conseguir prácticamente de todo, ideas para moverte, crear rutina y mantenerte en forma. Los que me conocéis y venís a mis clases, seguramente que seáis capaces de sacar una sesión de unos 20 minutos recordando ejercicios que repetimos cada semana en el Centro. Hay millones de posibilidades, cientos de cosas que siempre hemos deseado tener tiempo para hacer. Ahora es el momento.
Muy importante la parte mental, leer, estudiar, hacer crucigramas, manualidades, problemas de matemáticas de los niños, acertijos, puzzles..lo que sea que te mantenga en movimiento y con la mente activa, y sobre todo alejado del sofá.
Por supuesto, cuando todo esto pase, y sea posible, la clave estará en recuperar a la mayor brevedad posible cada uno sus rutinas, su deporte, sus clases de estiramientos, sus horarios y su vida. Mientras tanto debemos aprovechar lo que la vida nos está diciendo que es : que se pare el mundo. Quietos. En casa, familia o soledad. Quietud, parón, calma, pausa. Y vivir, porque por suerte el mundo sigue girando igual aunque todo se pare.
¿Ya has descubierto lo qué ha traido a tu vida este parón obligado? Yo sí.
Mucho ánimo a todos.
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