Cada persona somos un mundo, eso está claro. Cada uno tenemos nuestra forma de ser, de actuar, de pensar y de ver la vida. Como fisioterapeuta a lo largo de estos 12 años me he ido encontrando varios tipos de pacientes que se repiten.
- El paciente impaciente: Es ese paciente que te llama un día a las 12.30 y te pide cita para ya mismo, para ahora o como mucho para esta tarde. Dice que ya no puede aguantar más, que lleva más de un mes con el dolor pero justo hoy ha decidido que no puede esperar. Que a veces puede sonar la flauta, es verdad, y puede que haya una cancelación y tengas la suerte de poder llamar y a las dos horas ser atendido, pero por lo general, igual que cuando pides cita con el ginecólogo, óptico, dentista, podólogo o cualquier otro profesional privado de la salud, es difícil que te atienda a tan corto plazo.
- El paciente agradecido: Son esos pacientes que hagas lo que hagas todo les sienta fenomenal. Siempre mejoran fácil y aunque no estén recuperados del todo son optimistas y ven los pequeños avances como grandes logros en su recuperación.
- El paciente frágil: Con estos hay que tener mucho cuidado. A veces ya antes de tocarlos les haces daño. Son muy sensibles, todo les duele, muchas técnicas les van mal, despúes del tratamiento se tiran una semana doloridos….paciencia!
- El paciente «llego-y-me-tumbo-directamente»: Son esos pacientes que a penas entran en la consulta ya se están quitando la camiseta y se tiran en plancha a la camilla. No quieren muchas preguntas, ni fichas, ni test ni nada. Solo quieren tumbarse y que les toques!
- El paciente hablador: Es un paciente que te explica todo y se va un poco por las ramas… tu haces preguntas concretas y él te resume su vida. Mientras le tratas no se relaja, habla y gesticula, mueve la cabeza y se desahoga.
- El paciente miedoso/nervioso: Que me vas a hacer? Me vas a hacer «crac-crac? ay, no me dolerá mucho no? Y luego no estaré peor…y esto no será un síntoma de una enfermedad grave?
- El paciente colaborador: Es ese paciente dispuesto a facilitarte al máximo el diagnóstico y el tratamiento. Te explica las cosas más relevantes en orden cronológico, contesta concreto y claramente, te da datos, pistas que pueden ayudar a comprender qué le pasa. Le aconsejas cambiar de hábitos y hacer ejercicios y lo cumple al pie de la letra. Una gozada!
- El paciente «yo -no-tengo-nada-que-ver-en-mi-propia-curación»: Son los que quieren que sólo con tus manos y rapidito, soluciones los dolores que lleva años padeciendo. No está dispuesto a dejar de ser sedentario, a comer mejor, o a hacer cuatro ejercicios que le recomiendas para su casa. No cree que sea tan importante todo eso, y considera que con ir al fisio y tumbarse en la camilla ya debería bastar.
- El paciente preguntón: Preguntan todo: para qué es este aparato? Y con eso que me haces? y entonces qué es lo que tengo? cuántas sesiones crees que necesitaré? Y por qué me ha pasado esto ahora? Pero tu crees que se me pasará? Has tenido pacientes con esto mismo que tengo yo?. Lo mejor para esto es explicarlo absolutamente todo antes de que pregunten.
A todos estos pacientes y a muchos otros que quizás no se engloben en ningún apartado, cada uno con sus vivencias, sus experiencias, sus creencias, sus formas de sentir y ver la vida, a todos, hay que ESCUCHARLES igual, COMPRENDERLES siempre, TRANQUILIZARLES cuando lo necesiten y RESPETAR sus miedos, sus dudas, sus preguntas y sus reacciones. Y hacerles ver que nosotros siempre intentamos ayudar de la mejor manera posible. Y por supuesto AGRADECERLES la confianza y fidelidad.
A todos vosotros, FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO!
sara dice
así es a las personas, seamos como seamos, siempre nos gusta que nos escuchen