Hoy en día es sumamente frecuente que todos hayamos oído hablar alguna vez de la hernia discal o hernia de disco. Es una patología muy habitual y si no la tienes tú, probablemente conozcas a alguien cercano que la padezca. En mi consulta en Irún me encuentro muchas veces con pacientes con problemática discal y no es raro que no sepan exactamente qué es eso que tienen y que se refleja en el informe de sus resonancias magnéticas. Por eso siempre intento explicárselo.
Para entender qué es la hernia discal, lo primero que hay que conocer es brevemente la anatomía de la columna vertebral. Saber que hay cuatro zonas: cervicales(el cuello con sus 7 primeras vértebras), dorsales con sus 12 vértebras, lumbares con sus 5 vértebras y el sacro, que está al final del todo con sus 5 vértebras que están fusionadas. Luego estaría el coxis. Entre cada vértebra desde la primera cervical y la primera del sacro hay siempre un disco intervertebral. Ese disco es como una especie de almohadilla que absorbe el impacto, reparte las presiones y evita el roce entre vértebras. Tiene forma de anillos concéntricos por el exterior y justo en el centro tiene un núcleo más gelatinoso, compuesto en su mayoría por agua. Una hernia discal es la ruptura del anillo fibroso de un disco intervertebral con la consecuente salida al exterior del núcleo pulposo. Ese disco pierde su capacidad funcional y además el núcleo que protuye al exterior ocupa un lugar que debería estar despejado y en muchas ocasiones contacta inevitablemente con la raíz de un nervio.
La imágen corresponde a una columna lumbar, donde se aprecia la protusión al exterior del disco de color rojo formando una hernia en este caso entre la tercera y la cuarta vértebra lumbar. L3-L4.
Los traumatismos, los malos hábitos posturales, cargar pesos sin control en la alineación y la propia degeneración discal y vertebral propia del envejecimiento son causas de aparición de hernias discales.
La sintomatología de una hernia discal va desde el paciente asintomático ( muchas personas pueden tener patologia discal y no sentir dolor) a pacientes con una grave incapacidad motora y sensitiva. Puede aparecer dolor lumbar que suele aumentar con las posiciones mantenidas, suele ser profundo y agudo. Si hay afectación de alguna raíz nerviosa el paciente notará dolor en la extremidad afectada( brazos si la hernia es cervical y pierna si es afectación lumbar). Una de las hernias más frecuentes afecta al disco entre L5 y S1, esto es, entre la última vértebra lumbar y la primera sacra. Por ahí pasa el nervio ciático con lo que es fácil que se presione y aparezca el dolor, hormigueo o sensación de pérdida de fuerza en la pierna que todo el mundo conoce como ciática.
Como siempre, el mejor tratamiento es la prevención, y sí, se puede prevenir la aparición de una patología discal. Hay que saber que los discos intervertebrales están diseñados para soportar peso e impactos, pero sufren con los movimientos de rotación y cargas asimétricas. Por eso agacharse girado sin doblar las rodillas para cargar un peso puede ser un detonante para una disfunción vertebral y el desgarro del anillo fibroso del disco. O estar mal sentado con lumbares en cifosis durante horas. Mantener una buena higiene postural, sentarse manteniendo las lumbares con su curva natural, evitar las posturas mantenidas con la espalda en tensión o cargar pesos doblando adecuadamente las rodillas son pautas sencillas y eficaces para conservar la salud lumbar. A nivel cervical importante la alineación del cuello sobre todo en personas que trabajan horas frente al ordenador, evitar tumbarse y colocar el cuello en hiperflexión con almohadas altas para leer o ver la tele, y evitar la flexión mantenida y forzada del cuello en actividades como uso de móviles o tablets también son medidas que previenen patología cervical. Hacer ejercicio físico, no ser sedentario, estar en un peso adecuado, nutrirse bien, estar hidratado son fundamentales para prevenir.
Una vez aparece la hernia discal en los casos más graves el tratamiento médico propuesto es la cirugía, sin asegurar que el dolor remita del todo, y muchas veces con recidiva en una vértebra superior o inferior a la afectada inicialmente.
En el campo de la fisioterapia hay mucho que se puede hacer. Diferentes técnicas y métodos no invasivos que se aplican con éxito. Trabajo sobre la musculatura contracturada, normalización a nivel fascial y visceral, recentrajes vertebrales, trabajo de liberación y deslizamiento sobre el nervio afectado y corrección postural con RPG. También hay ejercicios específicos que el paciente puede hacer en su casa para mantener una espalda sana y flexible.
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